A veces detectamos la presencia de varios cadáveres de hormigas en la caja de forrajeo, y por más que los retiramos, al día siguiente se acumulan otros tantos. En estos casos, puede ser que se esté dando algún factor que esté afectando a la colonia, y será vital que lo detectes pronto para ponerle remedio. Las obreras más débiles serán las primeras en caer, pero si el problema no se soluciona puede llegar a afectar a la reina, lo que supondría el fin de nuestra colonia.
Vamos a revisar cuáles son las causas más frecuentes de mortalidad en las colonias de hormigas:
1 – Falta de agua
Como todo ser vivo, las hormigas necesitan agua para sobrevivir. Pueden aguantar varios días sin comer, pero si les falta agua en pocos días puede morir toda la colonia.
Generalmente el sistema de humedad del hormiguero (seta, esponja) proporciona, aparte de la humedad ambiental necesaria, una fuente de agua para que las hormigas puedan beber. Aún así, siempre es importante y muy recomendable introducir un bebedero en la caja de forrajeo para que las hormigas dispongan de una fuente de agua externa cuando lo necesiten.
Existen diferentes modelos de
que se adaptan a las diferentes cajas de forrajeo existentes.
¿Y si mi hormiguero no tiene caja de forrajeo?
En este caso, una muy buena opción es conectar un tubo de ensayo preparado con agua y algodón, de manera que las hormigas pueden beber del algodón que se va empapando de agua poco a poco.
¿Y en vacaciones?
Si tienes que ausentarte durante un largo periodo de tiempo y quieres asegurarte de que tu colonia de hormigas va a tener siempre una fuente de agua, una muy buena opción es dejar un poco de agua en gel. Este gel proporciona la hidratación que necesitan y tiene una duración muy alta, ya que no se evapora ni se seca tan rápidamente como el agua líquida.
2 – Falta de comida
Lógicamente, la falta de comida puede ser otra causa de mortalidad de nuestra colonia. Asegúrate siempre de ir dándoles la comida que necesite tu colonia según el tamaño de la misma. A medida que la colonia aumenta, suele aumentar su voracidad.
Una buena manera de saber si tu colonia está bien alimentada es fijándose en el gáster de las hormigas (el abdomen). Cuando están bien alimentadas el gáster suele presentarse hinchadito y se suele distinguir las rayas del mismo. En cambio, cuando hay falta de alimento, el gáster suele estar pequeño y sin rayas. Ojo, no es una regla universal válida para todas las especies. Algunas, como las Crematogaster scutellaris, pueden comerse un mamut entero y no mostrar ningún cambio aparente.
3 – Intoxicación
En ocasiones, el alimento que introducimos puede ponerse en mal estado y resultar nocivo para las hormigas. Por ejemplo, mezclas que lleven huevo son dadas a presentar este problema.
Para evitarlo, debemos asegurarnos siempre de introducir alimento en trocitos muy pequeños que puedan consumir rapidamente, o bien en trocitos demasiado grandes que no puedan introducir en el hormiguero y tengan que comerse directamente en la caja de forrajeo, de manera que podamos retirarlo facilmente cuando ya estén saciadas.
En caso de detectar este problema, tendremos que retirar el alimento tóxico lo antes posible.
4 – Condiciones de humedad deficientes
La humedad ambiental es un factor muy importante para el desarrollo de las colonias de hormigas, pero no todas requieren las mismas condiciones de humedad. Así, unas Pheidole pueden morir rapidamente si les falta humedad y por contra, unas Camponotus pueden morir si hay un exceso de la misma.
Recomendamos leer nuestras Fichas de cría para saber qué condiciones de humedad requere cada especie.
Un buen método para controlar que los niveles de humedad en el interior del hormiguero son adecuados es con un
, que nos proporcionará los valores de humedad en los que se encuentra el nido. Otra manera más rústica para saber que las condiciones de humedad están siendo deficientes es si la colonia se muda a la caja de forrajeo o al bebedero, en cuyo caso será una señal de que algo no va bien.
5 – Climatología
Un calor extremo en agosto o un frío digno de Invernalia también pueden ser factores que influyan en la mortalidad de nuestra colonia. Hay especies que sufren si bajan mucho las temperaturas, y otras en cambio pueden morir si la temperatura supera los 30 grados.
Una buena manera de calentar a nuestra colonia en los meses más fríos es con una
, que permite regular la temperatura del hormiguero artificial.
6 – Parásitos
Los ácaros son unos de los grandes enemigos de las colonias de hormiga y una causa frecuente de mortalidad. Estos ácaros se incrustan en el cuerpo de las hormigas y se alimentan de su sangre. Se reproducen a gran velocidad, por lo que en poco tiempo pueden llegar a infestar la colonia entera.
En la siguiente foto podemos ver qué aspecto tienen:
Podemos haber introducido estos pequeños inquilinos indeseados a través de algún insecto, piedra, arena o ramas que hayamos introducido en el hormiguero. Para evitarlo, hay que congelar al menos durante 24h cualquier insecto que queramos darles de comer. A los elementos decorativos, aparte de congelarlos habría que pasarlos un rato por el microondas para asegurar la desinfección total.
Podemos detectar su presencia en el hormiguero a simple vista o ayudándonos de una lupa. En caso de ser pocas las hormigas afectadas, podemos esperar pacientemente a que los individuos afectados salgan a la caja de forrajeo para extraerlas y eliminar los ácaros con buen pulso, buena vista y una aguja. En caso de no ser posible extraerle los ácaros, es preferible el sacrificio de estos individuos por el bien de la colonia.
Si los ácaros afectan a demasiados individuos, existen tratamientos a base de poner ajo y romero en la caja de forrajeo. Estos elementos ayudan a que los ácaros se desprendan del cuerpo de las hormigas, facilitando así su eliminación.
7 – Hongos/Moho
La aparición de hongos y moho es otra posible causa de mortalidad para las hormigas. Podemos ver a simple vista si ha aparecido algún rastro de hongo o moho en el interior del hormiguero y cuál es la fuente, generalmente algún trozo de alimento que se ha podrido. Como hemos comentado, introducir alimentos demasiado grandes puede dar lugar a que se pudra dentro del hormiguero. Otra causa puede ser un exceso de humedad si nuestro hormiguero es de yeso. Si nuestro hormiguero es de seta también tendremos que revisar que no haya hongos en la misma.
8 – Estrés
Las vibraciones y golpes pueden provocar mucho estrés a una colonia de hormigas, sobre todo en los momentos iniciales. De igual modo, meter a una colonia en un hormiguero artificial demasiado grande para el tamaño de la colonia también es un factor que les provoca estrés. Si este estrés perdura en el tiempo puede dar lugar a la muerte de las hormigas.
Para evitar esto, fíjate bien que el tamaño del hormiguero sea adecuado para la colonia que tienes, y evita siempre ponerlo en un lugar en el que puedan recibir golpes o haya vibraciones continuas (por ejemplo, una mesa en la que se pongan cosas encima frecuentemente).
9 – Insecticidas
Aunque estén más o menos protegidas dentro del hormiguero, el utilizar un insecticida en la habitación en la que tenemos el hormiguero puede provocar la muerte de algunos individuos. Ten en cuenta que aunque el insecticida no entre directamente en el hormiguero, sí puede impregnar el agua del depósito o algún alimento que luego vayas a introducir. Antes de utilizar un insecticida, retira o tapa el hormiguero de la habitación durante un tiempo prudencial.
10 – Muerte natural
Las hormigas tienen un periodo de vida que puede oscilar entre 1-3 años, siendo de pocos meses para las primeras obreras (nurses), más débiles de lo habitual. En ocasiones las muertes se deben simplemente a que ha llegado la hora para una generación completa de obreras y estas van cayendo más o menos a la vez.
Si has revisado todas estas posibles causas y has tratado de ponerle remedio pero las muertes se siguen produciendo, lo mejor que puedes hacer es realizar un cambio de hormiguero, porque probablemente hay algo en el entorno que ha pasado desapercibido que les está resultando nocivo.
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