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Mirmecófilos (I)

Los mirmecófilos son aquellos organismos que establecen algún tipo de asociación con las hormigas. Generalmente esta asociación con las hormigas es mutualista (ambas partes se benefician del “acuerdo”) pero también pueden darse casos donde las hormigas son perjudicadas (parasitismo) o no obtienen ningún  beneficio a cambio (comensalismo).

Se han descrito asociaciones hormiga-planta, hormiga-insecto y hormiga-artrópodo. En esta primera entrada dedicada a los mirmecófilos vamos a profundizar un poco más sobre la primera, sin entrar en detalles técnicos de qué especie de planta o qué especie de hormiga interviene en la relación. Nos centraremos en cómo se han adaptado las plantas mirmecófilas para obtener los favores de las hormigas.

Asociación Hormiga – Planta

Las hormigas y las plantas pueden establecer asociaciones con diversos beneficios para cada parte contratante. Muchas veces estas relaciones son casuales, pero se han descrito múltiples casos en los que las plantas se han adaptado específicamente para poder proporcionar a las hormigas ciertas comodidades para así a su vez gozar de los beneficios de tener colonias de hormigas a su alrededor o, incluso, viviendo dentro de ellas. Veamos unos ejemplos:

  • Domacios: los domacios son adaptaciones de la planta en forma de estructuras huecas en su interior para servir de alojamiento a otros animales.
Domacio
  • Nectarios extraflorales: glándulas que segregan néctar situados fuera de las flores. Estas glándulas no tienen ningún uso para la polinización de las plantas, son creadas específicamente como fuente de alimento dulce para los insectos.
Nectario extrafloral
  • Cuerpos de beltian: estructuras desprendibles que se encuentran en las puntas de las hojas de algunas plantas que son ricas en lípidos, azúcares y proteínas y que sirven de alimento a algunos insectos.
Cuerpos de Beltian. Foto: B.R. Maslin

Así que ya hemos visto de qué manera las plantas pueden convertirse en socias atractivas para algunas hormigas: les proporcionan un alojamiento cómodo con los domacios y a pensión completa con los nectarios extraflorales y los cuerpos de beltián.

¿Pero por qué están tan interesadas las plantas en asociarse con las hormigas?

Beneficios para las plantas:

  • Defensa: el tener colonias de hormigas viviendo en su interior proporciona a las plantas una excelente medida defensiva para disuadir a muchos herbívoros de darse un festín con sus hojas, y es que no debe ser nada agradable que se te llene la boca de hormigas muy cabreadas porque has destrozado su mansión. Las hormigas también proporcionan un ejército inmejorable para hacer frente a algunas plagas de insectos que podrían ser perjudiciales para las plantas.
  • Limpieza: se ha comprobado que las hormigas que viven en plantas mirmecófilas las mantienen limpias de hongos y de otras plantas trepadoras o parásitas que pudieran asfixiar a la planta huésped o competir con ella por la luz y los nutrientes.
  • Alimento: ya hemos visto que las plantas proporcionan alimento a sus hormigas…pero también las hormigas pueden alimentar a las plantas. Se estima que algunas plantas son capaces de absorber el 90% del nitrógeno de los desperdicios generados por las hormigas que viven en su interior. Es un win-win…yo te doy golosinas dulces y tú me das el rico nitrógeno.
  • Dispersión de semillas: muchas especies recolectoras, como las Messor, van perdiendo semillas por el camino hasta su almacenamiento en el hormiguero. Se estima que al menos un 15% de las semillas quedan desperdigadas por el camino, ayudando así a la dispersión de las mismas. Este fenómeno se conoce con el nombre de Mirmecocoria.
Mirmecocoria: dispersión de semillas por las hormigas

Las plantas mirmecófilas son un claro ejemplo de cómo organismos muy diferentes de diversos reinos pueden llegar a interactuar y establecer relaciones de beneficio mutuo.

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